¿Basta con detener a los “camellos”?

Se está perdiendo una buena oportunidad para que los que piensan que todos los partidos políticos son iguales, en cuanto a la corrupción, cambien de opinión.

Parece ser que, después del gran número montado por la intervención de la justicia en muchos casos, al modo de ver de muchos se ha detenido, a los “camellos” y el padrino sigue de vacaciones por otro continente.

¿Son conjeturas lo que estoy diciendo? Que se lo pregunten a las victimas.

DESPEDIDA A PINOCHO

Estoy convencido de que el mundo cambia poco por la revolución de las masas. Siempre ha sido más efectiva la evolución de la masa encefálica de los poderosos.

Ahora dispondrás de tiempo y podrás dedicar parte de él a la reflexión.

Las mentiras te seguirán siendo necesarias para la conservación de tu estatus, pero su intensidad y perentoriedad serán probablemente menores, si no te metes en otros fregados.

Los que te creían seguirán inocentes, sobre todo si te callas. Los que nunca te creyeron y te apoyaron te seguirán votando si se lo pides en una próxima ocasión.

Lo que está claro, y no puedes ocultar, es que tú sabes que eres de madera, y la madera flota. No puedes, en tu condición, sumergirte en las aguas de otras vivencias más ejemplares.

Deberías cobrar vida y ser como todos: de carne. De carne mortal, de la que se avergüenza al ser indigna y al poseer lo que no le corresponde.

Puedes cambiar, debes hacerlo: tienes dinero y estudios que te lo facilitan. ¿No te apenan tus testaferros?
El Síndrome Rasputín

Me es difícil comprender que los mallorquines estemos gobernados por los políticos que nos merecemos.

Los comentaristas políticos, la prensa, la televisión, los humoristas y la voz de la calle coinciden en el alto nivel de corrupción, falsedad e ineficacia de una extensa mayoría.

Uno se pregunta por qué se les votó. ¿No se sabía de antemano?

Evidentemente no es posible, que una mayoría de la población sea tan crédula, que esperara la honradez, la eficacia y el cumplimiento de las promesas electorales, después de conocer el “currículum vitae” de los que ello exponían. Se adivinaba a donde iban.

¿No había alternativa? Esto lo explicaría un poco más, pero, ante el desastre se podría haber votado al menos corrupto de los que tienen representación, a algún partido minoritario que todavía no ha podido demostrar su desfachatez, o no votar a ninguno si era el caso.

La mayoría votamos, a los que éticamente no considerábamos mejores, por lo que se oye y comprueba en los tribunales.

¿Por qué?

Podría pensarse que por nuestros intereses particulares de poder o negocio, pero eso es imposible que afecte a una mayoría de los votantes, aunque incluyéramos en la lista a todos los aspirantes al chanchullo. ¡Por qué nos gusta que nos engañen y roben! tampoco: no somos masoquistas más de la mitad de la población.

Solamente se me ocurre como explicación, lo que podríamos llamar el Síndrome Rasputín.

Lo defino como la admiración enfermiza al triunfador mafioso, al rey de los chanchullos, al que no le pillan a pesar de todo y al que gana aunque sea comprando al árbitro. Es decir al personaje con cierto parecido al Rasputín histórico

Entonces sí se explica: querríamos ser como ellos.

De verdad puede que tengamos el gobierno que nos merecemos. Nos lo merecemos por “putines”.



Otra clase de humanos

Estoy harto de conocer nombres de corruptos, presuntos corruptos, aspirantes a presuntos corruptos, responsables irresponsables y malos políticos en general. Muchos de estos personajes a los que me refiero estarán ahora haciendo un crucero, navegando en su lancha o velero, o practicando cualquier otra actividad placentera, gastando el dinero pillado.

Parece que no hay nada que podamos hacer y hay que tirar la toalla.

Con este deprimido pensamiento he ido a un servicio público de asistencia sanitaria y me he encontrado con una enfermera agotada que al terminar su jornada laboral, ha acudido a asistir a un paciente en el domicilio del mismo: no por obligación sino por vocación.

He pensado en este momento que hay muchas personas así de los cuales los medios de comunicación y los conocidos no suelen hablar. Gente que cumple mas allá de su deber porque están convencidos que es lo propio de cualquier persona.

¿Serán otra clase de humanos? ¿Tendrán origen en una mutación genética? o ¿Simplemente son personas que recibieron y asumieron una buena educación?

Dichosos ellos y también nosotros por conocerles.